Antes de despedirme de usted, Padre, ¿podría decirme unas últimas palabras?
¡Si, tuteándote! No envejezcas tu existencia sin dar a luz tu vida, no banalices cada día con temores sin fundamento o vanas ambiciones. Que cada día sea para ti una fiesta, un maravillarse, que tus gestos sean alabanzas, tu vida una risa bailada, que estalle por toda tu piel en parcelas de luz y atrévete a gritarle al mundo dormido la Belleza de la Vida con himnos de alegría.
«¡Cristo ha resucitado!»
EL GRAN PASAJE
CONVERSACIÓN CON EL HERMANO JUAN
CREO
Hace 6 años
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Querido hermano en Cristo espero tus palabras. Entre todos nos unimos en comunion de oracion.
Un abrazo