Cuentan que los monjes ortodoxos del monte Athos cifran toda su vida, y su madurez espiritual, en dos principios: la humildad profunda y el amor a los enemigos. Y los Padres del desierto recordaban una y otra vez a sus discípulos que, para avanzar y crecer, se necesitan dos actitudes: saber dar gracias y perdonar de corazón a los demás.
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Querido hermano en Cristo espero tus palabras. Entre todos nos unimos en comunion de oracion.
Un abrazo