Amigos que pasan y dejan su huella aqui. Gracias por estar .Paz a tu corazon

Recuerda amigo cuando entras a la Casa de Dios pisas Tierra Sagrada.

La Casa de Dios es el lugar más Santo de todo el universo. Cada vez que entres ,recuerda que allí ,vive Jesús en el Sagrario y te espera con AMOR.

Vístete decorosamente, apaga tu celular y ten fe que todo lo que pidas, si eres respetuoso , piadoso en tus actitudes y posturas en el Templo, sera recibido por el Señor con agrado .

Y tu alma ya no será la misma.

Haz silencio. Busca cerrar tus ojos y quédate quieto. Dios esta en su Casa. El Amor puede hablarte íntimamente .

Mi deseo es que Dios se manifieste en ti.


Cristo Resucito, DIOS VIVE ENTRE NOSOTROS

martes, 1 de septiembre de 2009

Los angeles y los santos

Cuentan que san Francisco de Sales, antes de empezar a predicar, solía mirar a todas las personas que tenía ante él, para saludar a sus ángeles custodios. Santa Micaela del Santísimo Sacramento encomendaba a su ángel que necesitaba ver a determinada persona, y la persona acudía, sin ella haberla llamado previamente. Cuando le preguntaba que por qué había ido a verla, contestaban: «No lo sé, he sentido un impulso interior irresistible a hacerlo».

Cuenta la tradición que los ángeles labraban en lugar de san Isidro cuando éste oía misa a diario; y yendo santa Teresa de Jesús desde Salamanca a Alba de Tormes, al cruzar el monte de Los Perales, el carretero se perdió y, cuando se disponían a pasar allí la noche, dos jóvenes con antorchas les pusieron en el camino real. San Josemaría Escrivá solía recomendar: «Ten confianza con tu ángel custodio. Trátalo como a un entrañable amigo (lo es) y él sabrá hacerte mil servicios en los asuntos ordinarios de cada día»; el Papa Pío XI, cuando tenía que realizar algún trabajo delicado, se encomendaba a su ángel custodio, pidiéndole que le facilitara el camino. Y si, además, tenía que tratar algún asunto complicado con alguien, solía invocar al ángel custodio de su interlocutor, para pedirle que iluminara a éste y les ayudara a llevar el tema a buen término.


Santa Faustina Kowalska narra, en sus memorias, una intervención de su ángel de la guarda: «El ángel custodio me ha recomendado que rece por cierta alma, y por la mañana he sabido que se trataba de una persona que había entrado en agonía en aquel momento. De manera sorprendente Jesús me hace conocer que alguien tiene necesidad de mis oraciones. De modo particular vengo a saberlo cuando quien tiene necesidad de mis oraciones es un alma en agonía».

A santa Gema Galgani su ángel custodio solía aparecérsele con frecuencia y conversaba con ella con toda naturalidad. A veces, rezaban juntos, o meditaban sobre la pasión del Señor. Su ángel, una vez, llegó a decirle: «Mira lo que Jesús ha sufrido por los hombres. Considera sus heridas una por una. Es el amor lo que las abrió todas. Mira lo horrible que es el pecado, ya que, para expiarlo, han sido necesarios tanto dolor y tanto amor».





Oración al Ángel Custodio

Ángel de mi guarda, dulce compañía, no me desampares ni de noche, ni de día, hasta que me entregues en los brazos de María. No me dejes solo, que me perdería.


«La existencia de seres espirituales, no corporales, que la Sagrada Escritura llama habitualmente ángeles, es una verdad de fe. El testimonio de la Escritura es tan claro como la unanimidad de la Tradición.
Desde su comienzo, hasta la muerte, la vida humana está rodeada de su custodia y de su intercesión».
Catecismo de la Iglesia católica



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