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|  Benedicto XVI presidio las canonizaciones en San Pedro |  Varias  decenas de miles de fieles llegados sobre todo de España, Polonia,  Canadá, Australia e Italia, se reunieron ayer en la plaza de San Pedro  para asistir a la misa presidida por Benedicto XVI en el curso de la  cual el Pontífice canonizó a seis nuevos santos. Se trata de dos  religiosos: uno polaco y otro canadiense; y de cuatro religiosas: dos  italianas, una australiana y una española.
 En su homilía el  Santo Padre resaltó la necesidad de rezar siempre, sin cansarse, y  alertó acerca del hecho que "a veces nosotros nos cansamos de rezar,  tenemos la impresión de que la oración no es tan útil en la vida, que es  poco eficaz. Por eso somos tentados de dedicarnos a la actividad, de  emplear todos los medios humanos para alcanzar nuestros objetivos, y no  recurrimos a Dios. Jesús en cambio afirma que es necesario rezar  siempre".
 
 Los grandes retratos de los seis nuevos santos se  destacaban colgados en la fachada de la basílica vaticana. La solemne  ceremonia litúrgica fue concelebrada por cinco cardenales, diez  arzobispos, 13 obispos y veinte sacerdotes. En la plaza de san Pedro  estaban también presentes las delegaciones oficiales de los cinco países  de procedencia de los nuevos santos. Con su subida a la gloria de los  altares, indicó el Papa “se renueva la fiesta de la santidad en la plaza  de san Pedro”.
 
 La enseñanza acerca de la oración, explicó  el Papa, el Señor la presenta con el rezo constante de una viuda que  pide que un juez que no teme a Dios la oiga: "si un juez deshonesto al  final se deja convencer del pedido de una viuda, cuanto más Dios, que es  bueno, escuchará a quien le pide. Dios de hecho es la generosidad en  persona, es misericordioso, y por tanto está siempre dispuesto a  escuchar la oración. Por ello no debemos desesperar, sino insistir en la  oración", señaló.
 
 Luego el Papa resaltó que "la oración  debe ser expresión de fe, de otro modo no es verdadera oración. Si uno  no cree en la bondad de Dios, no puede rezar en un modo adecuado. La fe  es esencial como base de la actitud de la oración. Es lo que hicieron  estos seis nuevos santos que hoy son propuestos a la veneración de la  Iglesia universal: Stanis³aw Kazimierczyk So³tys, André Bessette,  Cándida María de Jesús Cipitria y Barriola, Mary of the Cross MacKillop,  Giulia Salzano y Battista Camilla da Varano".
 
 A continuación el Papa explicó algunas de las características de cada uno de los nuevos santos.
 San Estanislao Kazimierczyk      Sobre San Estanislao, señaló el Papa hablando en polaco, fue un  religioso del siglo XV, que puede ser también para nosotros un ejemplo a  seguir. Toda su vida estuvo ligada a la Eucaristía. Junto a sus padres,  aprendió la fe y la piedad. Tomó los votos religiosos en la Orden de  los Canónigos Regulares en Kazimierz, la actual Cracovia, donde se  desempeñó como sacerdote, educador, dedicado al cuidado de los  necesitados. Sin embargo, estaba ligado de forma especial a la  Eucaristía mediante un amor ardiente por Cristo presente bajo la especie  del pan y del vino; viviendo el misterio de la muerte y de la  resurrección, que de modo incruento se cumple en la Santa Misa; a través  de la práctica del amor al prójimo, del cual la Comunión es fuente y  signo.
 San Andrés Bessette      El Papa prosiguió comentando la vida del Hermano André Bessette, nacido  en Quebec, Canadá. Fue un religioso de la Congregación de la Santa  Cruz, que conoció muy pronto el sufrimiento y la pobreza. Sin embargo,  esta situación “lo llevó a recurrir a Dios mediante la oración y una  vida interior intensa”. Portero del colegio de Notre Dame de Montreal  manifestó una caridad sin límites y se esforzó por aliviar las angustias  de quienes se confiaban a él. Para él, todo hablaba de Dios y de su  presencia. Muy poco instruido, comprendió así dónde se situaba lo  esencial de su fe. Para él, creer significa someterse libremente y por  amor a la voluntad divina. Lleno del misterio de Jesús, vivió la  bienaventuranza de los corazones puros, la de la rectitud personal.  Gracias a esta sencillez hizo que muchos vieran a Dios. Hizo construir  el Oratorio Saint Joseph de Mont Royal del que será guardián fiel hasta  su muerte en 1937. Fue testigo de innumerables curaciones y  conversiones. “No intenten evitar las pruebas” decía, “más bien pidan la  gracia de soportarlas”.
 Santa Cándida María de Jesús      Seguidamente, Benedicto XVI ilustró las virtudes de santidad de las  cuatro nuevas santas, enumerando las razones ejemplares de sus vidas y  hablando de ellas también en sus respectivas lenguas. Empezó por la  española, la Madre Cándida María de Jesús Cipitria y Barriola, muchacha  de origen sencillo, con un corazón en el que Dios puso su sello y que la  llevaría muy pronto, con la guía de sus directores espirituales  jesuitas, a tomar la firme resolución de vivir ‘sólo para Dios’ Y  mantuvo esta decisión fielmente, como ella misma recuerda cuando estaba a  punto de morir. Vivió para Dios y para lo que Él más quiere: llegar a  todos, llevarles a todos la esperanza y especialmente a quienes más la  necesitan.
 
 “Donde no hay lugar para los pobres, tampoco lo  hay para mí”, decía la nueva santa, que con escasos medios contagió a  otras Hermanas para seguir a Jesús y dedicarse a la educación y  promoción de la mujer. Nacieron así las Hijas de Jesús, que hoy tienen  en su Fundadora un modelo de vida que imitar, y una misión apasionante  que proseguir en los numerosos países donde llegó el espíritu y los  anhelos de apostolado de la Madre Cándida.
 
 Santa Mary Mc Killop      Sobre la Santa Mary Mc Killop, el Papa recordó cómo "dedicó en su  juventud a la educación de los pobres en la difícil zona rural de  Australia, inspirando a otras mujeres para que se unieran a ella en la  primera comunidad de religiosas de ese país. Atendió las necesidades de  los jóvenes que se confiaron a ella, sin reparar en el rango o la  riqueza, proporcionándoles tanto una formación espiritual como  intelectual. A pesar de los muchos desafíos, sus oraciones a San José y  su inquebrantable devoción al Sagrado Corazón, le confirieron a esta  santa mujer las gracias necesarias para permanecer fiel a Dios y a la  Iglesia.
 
 Santa Julia Salzano      Benedicto XVI habló, a continuación, de Julia Salzano, una joven  maestra de la escuela primaria que en la segunda mitad del siglo XIX, en  Campania, en el sur de Italia, la llamó para hacer de ella un apóstol  de la educación cristiana, fundadora de la Congregación de las Hermanas  Catequistas del Sagrado Corazón de Jesús. Repetía a sus hermanas que  deseaba enseñar catecismo hasta la última hora de su vida, demostrando  con todo su ser que si “Dios nos ha creado para conocerlo, amarlo y  servirlo en esta vida”, nada había que anteponer a esta tarea. La Madre  Julia comprendió bien la importancia de la catequesis en la Iglesia y,  uniendo la preparación pedagógica al fervor espiritual, se dedicó a ella  con generosidad e inteligencia, contribuyendo a la formación de  personas de toda edad y posición social.
 
 Santa Bautista Camila Varano      Al hablar de Santa Bautista Camilla Varano, monja clarisa italiana del  siglo XV, Benedicto XVI resaltó su gran aporte en la vida de clausura y  cómo siempre estuvo "totalmente inmersa en la profundidad divina, fue  una subida constante en el camino de la perfección, con un amor heroico  hacia Dios y hacia el prójimo. Fue signada por grandes sufrimientos y  místicas consolaciones; había decidido, de hecho, como escribe ella  misma, 'entrar en el Sacratísimo Corazón de Jesús y de anegarse en el  océano de sus acerbísimos sufrimientos'. En un tiempo en el que la  Iglesia sufría un relajamiento de costumbres, ella recorrió con decisión  el camino de la penitencia y de la oración, animada del ardiente deseo  de renovación del Cuerpo místico de Cristo. La nueva santa italiana se  integró como protagonista de aquel vasto movimiento de reforma de la  espiritualidad femenina franciscana que se proponía recuperar plenamente  el carisma de santa Clara de Asís.+
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