Amigos que pasan y dejan su huella aqui. Gracias por estar .Paz a tu corazon

Recuerda amigo cuando entras a la Casa de Dios pisas Tierra Sagrada.

La Casa de Dios es el lugar más Santo de todo el universo. Cada vez que entres ,recuerda que allí ,vive Jesús en el Sagrario y te espera con AMOR.

Vístete decorosamente, apaga tu celular y ten fe que todo lo que pidas, si eres respetuoso , piadoso en tus actitudes y posturas en el Templo, sera recibido por el Señor con agrado .

Y tu alma ya no será la misma.

Haz silencio. Busca cerrar tus ojos y quédate quieto. Dios esta en su Casa. El Amor puede hablarte íntimamente .

Mi deseo es que Dios se manifieste en ti.


Cristo Resucito, DIOS VIVE ENTRE NOSOTROS

lunes, 18 de octubre de 2010

La Iglesia católica tiene ahora seis nuevos santos Ciudad del Vaticano, 18 Oct. 10 (AICA)





Benedicto XVI presidio las canonizaciones en San Pedro
Benedicto XVI presidio las canonizaciones en San Pedro
Varias decenas de miles de fieles llegados sobre todo de España, Polonia, Canadá, Australia e Italia, se reunieron ayer en la plaza de San Pedro para asistir a la misa presidida por Benedicto XVI en el curso de la cual el Pontífice canonizó a seis nuevos santos. Se trata de dos religiosos: uno polaco y otro canadiense; y de cuatro religiosas: dos italianas, una australiana y una española.

     En su homilía el Santo Padre resaltó la necesidad de rezar siempre, sin cansarse, y alertó acerca del hecho que "a veces nosotros nos cansamos de rezar, tenemos la impresión de que la oración no es tan útil en la vida, que es poco eficaz. Por eso somos tentados de dedicarnos a la actividad, de emplear todos los medios humanos para alcanzar nuestros objetivos, y no recurrimos a Dios. Jesús en cambio afirma que es necesario rezar siempre".

     Los grandes retratos de los seis nuevos santos se destacaban colgados en la fachada de la basílica vaticana. La solemne ceremonia litúrgica fue concelebrada por cinco cardenales, diez arzobispos, 13 obispos y veinte sacerdotes. En la plaza de san Pedro estaban también presentes las delegaciones oficiales de los cinco países de procedencia de los nuevos santos. Con su subida a la gloria de los altares, indicó el Papa “se renueva la fiesta de la santidad en la plaza de san Pedro”.

     La enseñanza acerca de la oración, explicó el Papa, el Señor la presenta con el rezo constante de una viuda que pide que un juez que no teme a Dios la oiga: "si un juez deshonesto al final se deja convencer del pedido de una viuda, cuanto más Dios, que es bueno, escuchará a quien le pide. Dios de hecho es la generosidad en persona, es misericordioso, y por tanto está siempre dispuesto a escuchar la oración. Por ello no debemos desesperar, sino insistir en la oración", señaló.

     Luego el Papa resaltó que "la oración debe ser expresión de fe, de otro modo no es verdadera oración. Si uno no cree en la bondad de Dios, no puede rezar en un modo adecuado. La fe es esencial como base de la actitud de la oración. Es lo que hicieron estos seis nuevos santos que hoy son propuestos a la veneración de la Iglesia universal: Stanis³aw Kazimierczyk So³tys, André Bessette, Cándida María de Jesús Cipitria y Barriola, Mary of the Cross MacKillop, Giulia Salzano y Battista Camilla da Varano".

     A continuación el Papa explicó algunas de las características de cada uno de los nuevos santos.
San Estanislao Kazimierczyk     Sobre San Estanislao, señaló el Papa hablando en polaco, fue un religioso del siglo XV, que puede ser también para nosotros un ejemplo a seguir. Toda su vida estuvo ligada a la Eucaristía. Junto a sus padres, aprendió la fe y la piedad. Tomó los votos religiosos en la Orden de los Canónigos Regulares en Kazimierz, la actual Cracovia, donde se desempeñó como sacerdote, educador, dedicado al cuidado de los necesitados. Sin embargo, estaba ligado de forma especial a la Eucaristía mediante un amor ardiente por Cristo presente bajo la especie del pan y del vino; viviendo el misterio de la muerte y de la resurrección, que de modo incruento se cumple en la Santa Misa; a través de la práctica del amor al prójimo, del cual la Comunión es fuente y signo.
San Andrés Bessette     El Papa prosiguió comentando la vida del Hermano André Bessette, nacido en Quebec, Canadá. Fue un religioso de la Congregación de la Santa Cruz, que conoció muy pronto el sufrimiento y la pobreza. Sin embargo, esta situación “lo llevó a recurrir a Dios mediante la oración y una vida interior intensa”. Portero del colegio de Notre Dame de Montreal manifestó una caridad sin límites y se esforzó por aliviar las angustias de quienes se confiaban a él. Para él, todo hablaba de Dios y de su presencia. Muy poco instruido, comprendió así dónde se situaba lo esencial de su fe. Para él, creer significa someterse libremente y por amor a la voluntad divina. Lleno del misterio de Jesús, vivió la bienaventuranza de los corazones puros, la de la rectitud personal. Gracias a esta sencillez hizo que muchos vieran a Dios. Hizo construir el Oratorio Saint Joseph de Mont Royal del que será guardián fiel hasta su muerte en 1937. Fue testigo de innumerables curaciones y conversiones. “No intenten evitar las pruebas” decía, “más bien pidan la gracia de soportarlas”.
Santa Cándida María de Jesús     Seguidamente, Benedicto XVI ilustró las virtudes de santidad de las cuatro nuevas santas, enumerando las razones ejemplares de sus vidas y hablando de ellas también en sus respectivas lenguas. Empezó por la española, la Madre Cándida María de Jesús Cipitria y Barriola, muchacha de origen sencillo, con un corazón en el que Dios puso su sello y que la llevaría muy pronto, con la guía de sus directores espirituales jesuitas, a tomar la firme resolución de vivir ‘sólo para Dios’ Y mantuvo esta decisión fielmente, como ella misma recuerda cuando estaba a punto de morir. Vivió para Dios y para lo que Él más quiere: llegar a todos, llevarles a todos la esperanza y especialmente a quienes más la necesitan.

     “Donde no hay lugar para los pobres, tampoco lo hay para mí”, decía la nueva santa, que con escasos medios contagió a otras Hermanas para seguir a Jesús y dedicarse a la educación y promoción de la mujer. Nacieron así las Hijas de Jesús, que hoy tienen en su Fundadora un modelo de vida que imitar, y una misión apasionante que proseguir en los numerosos países donde llegó el espíritu y los anhelos de apostolado de la Madre Cándida.

San
ta Mary Mc Killop     Sobre la Santa Mary Mc Killop, el Papa recordó cómo "dedicó en su juventud a la educación de los pobres en la difícil zona rural de Australia, inspirando a otras mujeres para que se unieran a ella en la primera comunidad de religiosas de ese país. Atendió las necesidades de los jóvenes que se confiaron a ella, sin reparar en el rango o la riqueza, proporcionándoles tanto una formación espiritual como intelectual. A pesar de los muchos desafíos, sus oraciones a San José y su inquebrantable devoción al Sagrado Corazón, le confirieron a esta santa mujer las gracias necesarias para permanecer fiel a Dios y a la Iglesia.

Santa Julia
Salzano     Benedicto XVI habló, a continuación, de Julia Salzano, una joven maestra de la escuela primaria que en la segunda mitad del siglo XIX, en Campania, en el sur de Italia, la llamó para hacer de ella un apóstol de la educación cristiana, fundadora de la Congregación de las Hermanas Catequistas del Sagrado Corazón de Jesús. Repetía a sus hermanas que deseaba enseñar catecismo hasta la última hora de su vida, demostrando con todo su ser que si “Dios nos ha creado para conocerlo, amarlo y servirlo en esta vida”, nada había que anteponer a esta tarea. La Madre Julia comprendió bien la importancia de la catequesis en la Iglesia y, uniendo la preparación pedagógica al fervor espiritual, se dedicó a ella con generosidad e inteligencia, contribuyendo a la formación de personas de toda edad y posición social.

Santa Bautista Camila Varano     Al hablar de Santa Bautista Camilla Varano, monja clarisa italiana del siglo XV, Benedicto XVI resaltó su gran aporte en la vida de clausura y cómo siempre estuvo "totalmente inmersa en la profundidad divina, fue una subida constante en el camino de la perfección, con un amor heroico hacia Dios y hacia el prójimo. Fue signada por grandes sufrimientos y místicas consolaciones; había decidido, de hecho, como escribe ella misma, 'entrar en el Sacratísimo Corazón de Jesús y de anegarse en el océano de sus acerbísimos sufrimientos'. En un tiempo en el que la Iglesia sufría un relajamiento de costumbres, ella recorrió con decisión el camino de la penitencia y de la oración, animada del ardiente deseo de renovación del Cuerpo místico de Cristo. La nueva santa italiana se integró como protagonista de aquel vasto movimiento de reforma de la espiritualidad femenina franciscana que se proponía recuperar plenamente el carisma de santa Clara de Asís.+


 
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