Amigos que pasan y dejan su huella aqui. Gracias por estar .Paz a tu corazon

Recuerda amigo cuando entras a la Casa de Dios pisas Tierra Sagrada.

La Casa de Dios es el lugar más Santo de todo el universo. Cada vez que entres ,recuerda que allí ,vive Jesús en el Sagrario y te espera con AMOR.

Vístete decorosamente, apaga tu celular y ten fe que todo lo que pidas, si eres respetuoso , piadoso en tus actitudes y posturas en el Templo, sera recibido por el Señor con agrado .

Y tu alma ya no será la misma.

Haz silencio. Busca cerrar tus ojos y quédate quieto. Dios esta en su Casa. El Amor puede hablarte íntimamente .

Mi deseo es que Dios se manifieste en ti.


Cristo Resucito, DIOS VIVE ENTRE NOSOTROS

jueves, 26 de noviembre de 2009

EL DESEO DE LA PERFECCIÓN

El deseo de la perfección debe ser constante, pues sin ello no se suman nuestros esfuerzos. En nuestra vida habrá paréntesis, vacíos y, acaso, algo peor. Cuando un hombre que edifica una casa se detiene en su trabajo por falta de materiales o de valor para continuarla, tal vez piensa que cuando tenga valor o materiales no tendrá que hacer sino reanudar en el mismo punto su interrumpida construcción. Nada de eso. Pues durante este tiempo habrán intervenido los agentes físicos: la lluvia, el viento, la nieve, el hielo, el calor, el frío habrán ejercido su influencia. La casa se desmoronará piedra a piedra, acabará por caer y hasta sus mismas ruinas perecerán.

Pues así sucede en la vida espiritual, cuando un alma deja apagarse en su corazón ese deseo de perfección: piensa que ha de poder recuperar sus ímpetus; pero no, nada de eso, aquella alma desciende hacia el abismo.

Y es que acumula los obstáculos entre ella y Dios. Porque en el proceso de la perfección, «quien no avanza retrocede». Bien sé que un alma, a pesar de ésas interrupciones, puede recuperar su fervor y reparar sus períodos de imprudencia, pues Dios es misericordioso. Pero eso es misión de la misericordia; y en la vida espiritual hacen falta la sabiduría y la prudencia. Mirad, si no, las vírgenes prudentes y las vírgenes locas; también estas últimas amaban, pero su amor no fue lo bastante constante.

El alma que de verdad quiere encontrar a Jesús, iluminada por el Espíritu Santo, comprende que le importa mucho no perder el tiempo en vanas búsquedas. Los menores retrasos constituyen para ella una desgracia o un martirio. Nunca es demasiado pronto para hallar a Dios.
Robert de Langeac - La vida oculta en Dios

La gracia santificante




Ya casi está dicho lo fundamental sobre la gracia. Vamos, sin embargo, a analizar la semántica del concepto en castellano. Gracia se relaciona etimológicamente en castellano con estas cuatro palabras: gratis, agraciado, grato y agradecido.

La gracia es algo que Dios nos da "gratis". Gratis quiere decir, sin merecerlo, sin que nos lo de contra la entrega de un recibo o de una factura,. Gratis es lo que se da porque si.

Gracia se relaciona también con "agraciado". Cuando nosotros decimos "la agraciada señorita" aunque suene un poco cursi, estamos dando a entender que una determinada persona tiene una serie de cualidades que nos la hacen grata. El haber recibido la gracia de Dios nos convierte en agraciados, porque trasforma lo que somos. Y el ser agraciados nos hace "gratos" a Dios. Es decir, agradables a Dios. Las personas nos son a veces gratas y otras veces no. A un embajador se le puede declarar persona "non grata" con lo que se pone fin a su representación. Cuando el hombre recibe la gracia de Dios se convierte en grato ante Dios. Es agradable a Dios. Dicho de otra manera, Dios le ha hecho amigo suyo y agradable a si mismo.

Y, por fin, gracia tiene que ver etimológicamente también con "agradecido". Lo que se da gratis produce en quien lo recibe agradecimiento. La persona que ha recibido la gracia de Dios ha de mostrarse agradecido. Tal como dice el refrán castellano, "es de bien nacidos ser agradecidos". Lo que se da gratis, lo que se regala, pide respuesta.

Entonces ¿qué es la gracia santificante?. Es un regalo de Dios que nos transforma, haciéndonos agradables a El, es decir "santos", por eso se llama santificante , y que exige de nuestra parte una respuesta, una correspondencia al regalo.

¿Esa gracia qué cosa es? La gracia no es ninguna cosa, sino Dios mismo. No es que Dios nos regale algo sino que se nos da a Sí mismo. La gracia santificante es Dios mismo que se nos regala a nosotros, gratis, sin que hayamos hecho nada para merecerlo, sin que podamos reclamar tampoco ese regalo, y que nos trasforma en agradables a El.

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Aqui estoy solo para Glorificar a Dios y hacerlo Amar.