Nació en Sena de Toscana. Vivió en humilde sencillez, atendiendo a un hogar pobre y con siete hijos, viéndose obligada en varias ocasiones a sostener la casa con sus labores de costura, cuando su esposo perdió su trabajo. Fue una mujer de luces extraordinarias y rodeada de maravillosos carismas y dones extraordinarios. El Cardenal Pedicini refiere a su declaración jurada acerca de los portentos que él presenció en esa mujer extraordinaria, y que pueden ser consultados en el proceso de su beatificación. Dice el citado Cardenal que Ana María Taigi veía los pensamientos más secretos de las personas presentes o ausentes; los acontecimientos de los siglos pasados, y la vida que llevaban los más importantes personajes. Podría decirse que este don era omnisciente, era el conocimiento de todas las cosa en Dios, en la medida que la inteligencia humana es capaz de conocerlo en esta vida. Y agrega el Cardenal: "Me siento impotente para descubrir las maravillas de quien fui confidente durante 30 años". El decreto de beatificación la señala como: "Prodigio único en los fastos de la Santidad".
Hace poco supe sobre esta mujer admirable en santidad, que veía al mundo como quien ve la fachada de un edificio, Dios compartió con ella ese don que a Él le pertenece, conocía a las personas hasta en lo más íntimo, aun si vivían lejos. Lo destacable de su vida es que no era monja, sino una madre y esposa de familia, esmerada, que encontró en Cristo la virtud. Sencilla, apenas leía y no sabía escribir, y sin embargo orientaba a sacerdotes y cardenales, a pobres y a ricos que acudían a ella. Su cuerpo se mantiene incorrupto, una de sus profecias es de "los 3 días de oscuridad", con la Tierra sacudida por un terremoto, visión que algunos adjudican a los pastorcitos de Fátima.
ResponderEliminarBeata Ana María Taigi, ruega por mí, ruega por todos nosotros! Amén.