Amigos que pasan y dejan su huella aqui. Gracias por estar .Paz a tu corazon

Recuerda amigo cuando entras a la Casa de Dios pisas Tierra Sagrada.

La Casa de Dios es el lugar más Santo de todo el universo. Cada vez que entres ,recuerda que allí ,vive Jesús en el Sagrario y te espera con AMOR.

Vístete decorosamente, apaga tu celular y ten fe que todo lo que pidas, si eres respetuoso , piadoso en tus actitudes y posturas en el Templo, sera recibido por el Señor con agrado .

Y tu alma ya no será la misma.

Haz silencio. Busca cerrar tus ojos y quédate quieto. Dios esta en su Casa. El Amor puede hablarte íntimamente .

Mi deseo es que Dios se manifieste en ti.


Cristo Resucito, DIOS VIVE ENTRE NOSOTROS

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Saludo inicial y acto penitencial.Significado en la Liturgia MisaEl Señor esté con vosotros»

Saludo

El Señor nos lo aseguró: «Donde dos o tres están congregados en mi Nombre, allí estoy yo presente en medio de ellos» (Mt 18,19). Y esta presencia misteriosa del Resucitado entre los suyos se cumple especialmente en la asamblea eucarística. Por eso el saludo inicial del sacerdote, en sus diversas fórmulas, afirma y expresa esa maravillosa realidad:

-«El Señor esté con vosotros» (+Rut 2,4; 2Tes 3,16)... «La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor del Padre y la comunión del Espíritu Santo estén con todos vosotros» (2Cor 13,13)...

-«Y con tu espíritu».

«La finalidad de estos ritos [iniciales] es hacer que los fieles reunidos constituyan una comunidad, y se dispongan a oír como conviene la palabra de Dios y a celebrar dignamente la eucaristía» (OGMR 24).

Acto penitencial

Moisés, antes de acercarse a la zarza ardiente, antes de entrar en la Presencia divina, ha de descalzarse, porque entra en una tierra sagrada (+Ex 3,5). Y nosotros, los cristianos, antes que nada, «para celebrar dignamente estos sagrados misterios», debemos solicitar de Dios primero el perdón de nuestras culpas. Hemos de tener clara conciencia de que, cuando vamos a entrar en la Presencia divina, cuando llevamos la ofrenda ante el altar (+Mt 5,23-25), debemos examinar previamente nuestra conciencia ante el Señor (1Cor 11,28), y pedir su perdón. «Los limpios de corazón verán a Dios» (Mt 5,8).

Este acto penitencial, que puede realizarse según diversas fórmulas, ya estaba en uso a fines del siglo I, según el relato de la Didaqué: «Reunidos cada día del Señor, partid el pan y dad gracias, después de haber confesado vuestros pecados, a fin de que vuestro sacrificio sea puro» (14,1). Antiguamente, el acto penitencial era realizado sólamente por los ministros celebrantes. Y por primera vez este acto se hace comunitario en el Misal de Pablo VI. En las misas dominicales, especialmente en el tiempo pascual, puede convenir que la aspersión del agua bendita, evocando el bautismo, dé especial solemnidad a este rito penitencial.

-«Yo confieso, ante Dios todopoderoso»... A veces, con malevolencia, se acusa de pecadores a los cristianos piadosos, «a pesar de ir tanto a misa»... Pues bien, los que frecuentamos la eucaristía hemos de ser los más convencidos de esa condición nuestra de pecadores, que en la misa precisamente confesamos: «por mi gran culpa». Y por eso justamente, porque nos sabemos pecadores, por eso frecuentamos la eucaristía, y comenzamos su celebración con la más humilde petición de perdón a Dios, el único que puede quitarnos de la conciencia la mancha indeleble y tantas veces horrible de nuestros pecados. Y para recibir ese perdón, pedimos también «a Santa María, siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y a vosotros, hermanos», que intercedan por nosotros.

-«Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna». Esta hermosa fórmula litúrgica, que dice el sacerdote, no absuelve de todos los pecados con la eficacia ex opere operato propia del sacramento de la penitencia. Tiene más bien un sentido deprecativo, de tal modo que, por la mediación suplicante de la Iglesia y por los actos personales de quienes asisten a la eucaristía, perdona los pecados leves de cada día, guardando así a los fieles de caer en culpas más graves. Por lo demás, en otros momentos de la misa -el Gloria, el Padrenuestro, el No soy digno- se suplica también, y se obtiene, el perdón de Dios.

El Catecismo enseña que «la eucaristía no puede unirnos [más] a Cristo sin purificarnos al mismo tiempo de los pecados cometidos y preservarnos de futuros pecados» (1393). «Como el alimento corporal sirve para restaurar la pérdida de fuerzas, la eucaristía fortelece la caridad que, en la vida cotidiana, tiende a debilitarse; y esta caridad vivificada borra los pecados veniales (+Conc. Trento). Dándose a nosotros, Cristo reaviva nuestro amor y nos hace capaces de romper los lazos desordenados con las criaturas y de arraigarnos en Él» (1394). Así pues, «por la misma caridad que enciende en nosotros, la eucaristía nos preserva de futuros pecados mortales. Cuanto más participamos en la vida de Cristo y más progresamos en su amistad, tanto más dificil se nos hará romper con él por el pecado mortal. La eucaristía [sin embargo] no está ordenada al perdón de los pecados mortales. Esto es propio del sacramento de la Reconciliación. Lo propio de la eucaristía es ser el sacramento de los que están en plena comunión con la Iglesia» (1395).

En este sentido, «nadie, consciente de pecado mortal, por contrito que se crea, se acerque a la sagrada eucaristía, sin que haya precedido la confesión sacramental. Pero si se da una necesidad urgente y no hay suficientes confesores, emita primero un acto de contrición perfecta» (Eucharisticum mysterium 35), antes de recibir el Pan de vida.

1 comentario:

  1. En realidad cada persona encuentra a Dios a su manera no hay necesidad de tanta biblia, misa,oracion ... si en realidad sabemos unicamente que Dios es uno solo Y devemos creer en el Final padres y todo eso es FALSoo

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Querido hermano en Cristo espero tus palabras. Entre todos nos unimos en comunion de oracion.
Un abrazo

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Aqui estoy solo para Glorificar a Dios y hacerlo Amar.