Amigos que pasan y dejan su huella aqui. Gracias por estar .Paz a tu corazon

Recuerda amigo cuando entras a la Casa de Dios pisas Tierra Sagrada.

La Casa de Dios es el lugar más Santo de todo el universo. Cada vez que entres ,recuerda que allí ,vive Jesús en el Sagrario y te espera con AMOR.

Vístete decorosamente, apaga tu celular y ten fe que todo lo que pidas, si eres respetuoso , piadoso en tus actitudes y posturas en el Templo, sera recibido por el Señor con agrado .

Y tu alma ya no será la misma.

Haz silencio. Busca cerrar tus ojos y quédate quieto. Dios esta en su Casa. El Amor puede hablarte íntimamente .

Mi deseo es que Dios se manifieste en ti.


Cristo Resucito, DIOS VIVE ENTRE NOSOTROS

lunes, 12 de abril de 2010

El sacramento del hermano por un cartujo

Muchas veces me acuerdo de otra dificultad tanto en mi vida personal como en la existencia religiosa de los que están a mi alrededor. Aunque las relaciones que mantengamos con nuestro entorno sean cordiales, es difícil afirmar que siempre estamos dispuestos a establecer con ellos verdaderas relaciones de intimidad. Si ocurre así con un hermano mío al que puedo ver ¿cómo no imaginar que este mismo fenómeno no se produce también con Dios al que no veo? Si existe de verdad un lugar donde el sacramento del hermano sea eficaz es en el encuentro auténtico con nuestro amado Señor. La ventaja del sacramento del hermano consiste en que se sitúa en un nivel en el que nos resulta difícil negar un cierto número de evidencias que escapan fácilmente en nuestro corazón cuando intentamos preparar los caminos del Altísimo.

De hecho ¿qué me enseña la experiencia del encuentro con mi hermano? ¿Soy lo suficientemente acogedor como para dejarle penetrar en lo más profundo de mi ser? O, por el contrario, ¿tal vez estoy demasiado protegido, blindado, lleno de rechazos? Esas fortalezas interiores forman parte de mi fisonomía secreta; cumplen pues necesariamente su papel en la oración y son obstáculo para la marcha del Señor en la búsqueda del camino que conduce al santuario íntimo de mi corazón.

Si yo observo la marcha del encuentro con mi hermano en otro sentido, es decir, cuando yo soy la persona que se esfuerza en ir hacia él, ¿soy mejor actor? No lo creo. Estoy pensando por ejemplo en todas las formas de agresividad que instintivamente se movilizan en mí frente a cualquier otro ser humano: muy a menudo adopto una actitud lejana frente a la atención delicada y afectuosa que con razón se espera de mí. A lo mejor esto es una expresión del miedo de otro o mía pero el hecho es que esos reflejos entran en juego en mis relaciones con el hermano y con el Señor.

Perdóname por haber hablado tanto sobre esas observaciones que sin lugar a duda te parecerán fastidiosas o descorazonadoras, pero escucha lo que nos aconseja el mismo Jesús:

“¿Quién de vosotros si quiere edificar una torre, no se sienta primero y calcula los gastos, a ver si tiene lo que necesita para acabarla?” (Lc 14, 28).

Igual ocurre en el presente caso. ¿No parecería una broma pesada hablar de la construcción de una torre para el encuentro íntimo con Dios sin ni siquiera preocuparse por saber si tenemos el terreno libre para echar los cimientos? Es inútil intentar un verdadero encuentro de mi yo con el Padre en la libertad de los hijos de Dios si desde el principio no me doy cuenta de que estoy atado a miles de costumbres, y que liberarme de ellas representaría una tarea bastante dura que, en última instancia, es el Señor el único que puede realizarla completamente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Querido hermano en Cristo espero tus palabras. Entre todos nos unimos en comunion de oracion.
Un abrazo

Etiquetas

Aqui estoy solo para Glorificar a Dios y hacerlo Amar.